
Que hay dentro de tu corazón , hoy? - Torah
Algunos podemos pensar que nos vemos bien por fuera, pero como esta nuestro interior?
El Arca del Pacto estaba en el corazón del Mishkán (Tabernáculo); como tal, corresponde al corazón del hombre. Esto significa que así como el Arca era el Trono de Elohim en el Tabernáculo, necesitamos hacer de nuestros corazones un trono adecuado para Él en nuestras vidas.
«Pondréis en el arca el testimonio que yo os daré.»
(Éxodo 25:16)
En el pensamiento hebreo, el corazón no es considerado como el asiento de las emociones. En cambio, representa los pensamientos, el intelecto y la voluntad de una persona. Las Sagradas Escrituras hebreas usan la palabra corazón de la misma manera que usamos la palabra mente en español.
La Torah dice:
«Todo intento de los pensamientos del corazón [del hombre] fue de continuo solamente el mal» (Génesis 6:5) y «El intento del corazón del hombre es malo desde su juventud.»
(Génesis 8:21).
El profeta Jeremías dice:
«El corazón es más engañoso que todo lo demás y está desesperadamente enfermo; ¿quién podrá entenderlo?»
(Jeremías 17:9).
Si este es el estado de la mente humana, ¿cómo podemos esperar cambiar? ¿Cómo podemos tener corazones puros?
«¿Quién puede decir:
‘He limpiado mi corazón, estoy limpio de mi pecado’?»
(Proverbios 20:9).
El Eterno promete que cambiará nuestros corazones desde adentro. Esta es la promesa de Su Pacto Renovado. En el libro del profeta Jeremías (31:33), encontramos que Él dijo que haría un Pacto Renovado con Su pueblo Israel, y como parte del Pacto Renovado, Él promete que cambiaría sus corazones al escribir Su Torah sobre ellos:
«Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días –declara el SEÑOR– Pondré mi Torá dentro de ellos y la escribiré en su corazón; y seré su Dios, y ellos será mi pueblo«.
(Jeremías 31:33)
Entonces, teniendo en cuenta lo que hasta aquí he dicho, aceptamos que el Arca del Pacto ilustra el concepto de colocar la Torah en nuestros corazones. El arca fue hecha para albergar las dos tablas del pacto. Así también la Torah debe ser puesta en nuestros corazones. El profeta Ezequiel promete que en la redención mesiánica el Eterno nos dará corazones nuevos:
«Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.»
(Ezequiel 36:26)
Cuando nos comprometemos a ser seguidores de Yeshúa y recipientes de Su limpieza, el Espíritu de Dios comienza el proceso de recrear nuestros corazones. Debemos orar hacia este fin con las palabras del rey David, quien dijo:
«Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio»
(Salmo 51:10)
Entonces podemos declarar junto con él:
«Me deleito en hacer Tu voluntad, oh Dios mío; Tu Torá está dentro de mi corazón.»
(Salmo 40:8)
La Torah puede compararse con un contrato de matrimonio (ketubah). En la tradición judía, la ketubah se coloca en algún lugar dentro del hogar familiar como un recordatorio continuo de las obligaciones del matrimonio. En los días de Moisés, el Tabernáculo estaba en el centro del campamento de las tribus de Israel. El punto focal del Tabernáculo era una cámara interior llamada el Lugar Santísimo, en la cual estaba el arca del pacto. Las dos tablas de los Aseret HaDibrot (Decálogo o Diez Enunciados) estaban dentro del Arca. En ese sentido, la Torah la ketubah de Dios con Israel, estaba en el centro del hogar.
Que sea en nosotros el mismo nivel de compromiso, para cual necesitamos restaurar nuestars vidas, mediante el estudio, la meditacion de la Torah, La Biblia, Las Sagradas Escrituras.
Shalom